Padre de la escultura moderna
Brancusi, el que llegaría a ser considerado uno de los padres de la escultura moderna, dejó su tierra con 28 años y se marchó a Paris, el mejor y quizá casi el único lugar para que “se hiciera” un gran artista de principios del siglo XX. Actualmente su taller, íntegramente reconstruido, se exhibe en París como una de las joyas del Museo Pompidou de arte moderno.
Pero Brancusi fue de esos pocos artistas que también triunfó en su tierra, ya era conocido internacionalmente, cuando fue llamado para realizar un grupo escultórico en su Târgu-Jiu (cerca de la aldea de Hobiţa donde había nacido), en honor a los rumanos caídos durante
"Las columnas” de Brancusi
La gigantesca obra que puede verse en el parque de Târgu-Jiu no es una pieza aislada, única en la carrera creativa del escultor. Durante años Brancusi utilizó este tipo de figuras romboidales, las fue modificando, estilizando o cambiando su uso. Primeramente fueron peanas para otras esculturas, para terminar siendo una obra en si misma. Se conservan varias “columnas” de madera y yeso que durante años trabajó y erigió el escultor, son famosas las fotografías del autor en su estudio, en que se ven varias columnas de madera y yeso, que actualmente están en el mencionado Museo Pompidou de Paris. Están documentadas cinco versiones en roble, una en yeso y al menos otra en acero.
En cuanto a su interpretación, la columna recuerda claramente a los pilares funerarios típicos de muchos cementerios del sur de Rumanía (tradición que existen en varias culturas desde tiempos prehistóricos), y también recuerda la estética de los pilares de las casas rumanas.
Constantin Brancusi en un antiguo billete rumano
La visión de Mircea Eliade
Mircea Eliade, escribió en varias ocasiones sobre la columna del infinito, la describió como un axis mundi: el eje que sostiene el cielo y asegura la comunicación entre el cielo y la tierra, una especie de “árbol cósmico” que pone de relieve el simbolismo de la ascensión, pues según Eliade “en la imaginación se siente deseos de trepar por este árbol celeste”. Y lo relaciona con una costumbre rumana arcaica, precristiana, rápidamente cristianizada e incluso incorporada a algunos villancicos rumanos que Brancusi debió escuchar en su pueblo natal o durante sus años de pastor. Ciertamente la ascensión, el cielo, el vuelo o los pájaros son constantes en la obra del rumano.
La columna, inaugurada el 27 octubre de 1938, con casi
Durante los años 1998 y 2000 la columna fue restaurada y luce hoy en todo su esplendor, en Târgu-Jiu, una ciudad rumana de provincias, tranquila, limpia, muy poco visitada por el turismo, pero que acoge al visitante a la vez que se extraña por que un extranjero sienta interés en recorrer sus calles. Se nota que cuando nacieron sus actuales habitantes, la columna, la puerta y la mesa ya estaban allí.
3 comentarios:
Es genial que se haya mantenido y restaurado.
Si, y por cierto, es una especie de escalera simbólica para que las almas puedan llegar al cielo.
Se me hace que cuando quiera llegar al cielo la subire
Publicar un comentario