Sin duda uno de los lugares más concurridos de Bucarest es la enorme Piaţa Unirii (Plaza de la Unión, un nombre muy habitual en las ciudades rumanas). Coches, tiendas, metro, cafeterías, enormes edificios de viviendas, autobuses, carteles luminosos y publicitarios que lo invaden todo, más coches y un gran centro comercial, son el día a día de esta plaza cruce de caminos. Se calcula que por ella pasan diariamente cerca de 400.000 personas.
Cruce de caminos
Todo visitante o habitante de la ciudad termina pasando tarde o temprano por Piaţa Unirii, donde confluyen los sectores 1, 2, 3 y 4.
El único extremo de la plaza no edificado, por donde pasa el río Dâmboviţa, atravesado por el Bulevardul Unirii, lleva a la sede principal de la Iglesia Ortodoxa Rumana (Patriarhie) o al faraónico Palacio del Parlamento.
El extremo opuesto, en el que hay varias cafeterías y restaurantes, guarda una interesante sorpresa: el Hanul Manuc, aunque el lado que da a la plaza no lo parece, se trata de una antigua posada construida en 1808 por un comerciante armenio al estilo de los caravasares de la antigüedad. Desde alguna de las cafeterías, como desde el segundo piso de “Festival 39”, se puede salir a las grandes galerías de madera que otro tiempo albergaron a mercaderes de medio mundo.
El primer centro comercial moderno
El Unirea Shopping Center ocupa otro de los laterales de la plaza. Abierto en 1990, en el lugar de un antiguo centro comercial de la época comunista, es el primer centro comercial moderno que tuvo Bucarest. Más de 200 tiendas de ocio y moda en más de 83.000 m², con la presencia de todas las grandes marcas mundiales, y una zona de restaurantes fast-food en la última planta. En la primera planta todavía quedan algunos pequeños mostradores-tiendas que tanto proliferaron tras caer la dictadura.
El lado restante de la plaza está fundamentalmente dedicado a viviendas y oficinas, detrás se encuentra la hermosa iglesia Domnita Balasa y muy cerca del Palacio de Justicia, con sus impresionantes 100 metros de fachada renacentista francesa.
En el centro de la plaza, en inverno podemos encontrar un enorme árbol navideño o una animada pista de patinaje. En primavera, cuando desaparece la nieve, el parque surge de nuevo y no es raro ver bucarestinos sentados leyendo un libro entre el atasco permanente y la publicidad asfixiante.
1 comentario:
interesante blog... por fin leo cosas bonitas sobre rumania.
Publicar un comentario