La Biserica Kretzulescu

Una de las iglesias más interesantes de Bucarest es la Biserica Kretzulescu. Construida entre 1720 y 1722, en el lugar de antes ocupaba una iglesia de madera, en lo que arquitectónicamente se conoce como estilo brancovenesc, fue construido por el Canciller Iordache Kretzulescu, marido de una de las hijas de Constantin Brâncoveanu (monarca de Valaquia de 1689 a 1714), la princesa Safta, todos ellos quedaron retratados en el interior, a ambos lados de la puerta de entrada.

En aquel tiempo también se construyó a su alrededor un caravasar, edificio dedicado al comercio y al reposo de los viajeros que llegaban a Bucarest, en lo que prácticamente eran las afueras de la ciudad. Esas dependencias fueron derribadas, entre otras cosas para construir el vecino Palacio Real (hoy Museo Nacional de Arte), pero la iglesia sobrevivió.


Una "vida" muy ajetreada

Las distintas vicisitudes que han afectado a la vida de los bucarestinos, como los terremotos, las revoluciones, o las guerras mundiales, también han dejado huella en esta iglesia.

Y las restauraciones, a veces tan dañinas como la peor de las guerras. Por eso, tras las agresivas remodelaciones de 1815 y 1859, se trató de devolver muchos de sus elementos a su forma inicial con una restauración realizada entre 1935 y 1936. Las mayoría de las pinturas actuales datan de 1872 y son obra de uno de los grandes pintores rumanos: Gheorghe Tattarescu, aunque probablemente hay que ser bastante experto para reconocer su pincel.

Tras la última de las restauraciones, finalizada en 2003 se realizó una limpieza de las pinturas, ennegrecidas por el paso del tiempo y los humos, aunque los fondos no debieron llegar para finalizarla totalmente.



Leyendas y sucesos: la iglesia “maldita” y la revolución

Su situación privilegiada, junto a edificios emblemáticos del régimen comunista (la sede de la policía política, del Comité Central del Partido Comunista Rumano…) lo que parece que incomodaba a algunos dirigentes comunistas. Quizá por ello se extendió el rumor de que la iglesia estaba maldita y traía mala suerte acudir a ella. Incluso existieron planes para derribarla.

En 1989, la biserica Kretzulescu sufrió la revolución en primera fila, pues está situada en plena “Plaza de la Revolución”, junto al balcón desde el que se dirigió Ceausescu a las masas y donde comenzó su huida, la sede de la terrible Securitate o el Palacio Real no tardaron en sufrir el fuego y la metralla. Los impactos en la base de piedra de la iglesia han quedado como testigos que aquellos días, en los que más de un bucarestino perdió la vida en aquella plaza.

Cuentan los vecinos que tras la revolución el párroco de la Biserica Kretzulescu, indignado decía: “revolución, si, mucha revolución, pero el cáliz de plata bien que se lo han llevado...”







Fotografías/Fotografii: Rubén Herranz 2008-2009

1 comentario:

Pumuky Viajero dijo...

Sin duda que Rumanía es uno de los países de Europa que tengo que visitar en cuanto que tenga tiempo. Me encanta tu blog.
Saludos viajeros.