Diciembre en Rumanía: muchas cosas que celebrar

Si para los rumanos hay un mes cargado de aniversarios, conmemoraciones, festividades, recuerdos y efemérides ese es sin duda diciembre. 31 días en que lo sagrado y lo profano, lo navideño y lo político llenan el calendario de fechas a recordar si se tiene a Rumanía o a algún rumano cerca.

1 de diciembre: la Fiesta Nacional Y es que diciembre comienza con la Fiesta Nacional de Rumanía (llamada Día de la Unión o “Ziua Unirii”), con la que los rumanos recuerdan aquel 1 de diciembre de 1918 en que la “Asamblea Nacional de los Rumanos de Transilvania, Banat y Hungría”, reunidos en la ciudad Alba Iulia, decidió la unificación del territorio bajo su influencia con el entonces Reino de Rumanía. De esta manera se unían los territorios situados a ambos lados de los Cárpatos y ponía una pieza fundamental en la construcción de la Rumanía que hoy conocemos.

Se celebra en todo el país, pero especialmente en la capital (con una parada militar bajo el Arco del Triunfo) y en Alba Iulia, donde se sitúa el lugar de la firma de la Unión y un museo que lo recuerda.
También en España, en diversos actos, la comunidad rumana recuerda su fiesta nacional, especialmente en aquellos lugares donde hay importantes comunidades de rumanos (Alcalá de Henares, Coslada, Castellón, etc)

6 de diciembre: San Nicolás
Los regalos navideños llegan a Rumanía mucho antes que a España, la noche del 5 al 6 de diciembre los niños rumanos dejan sus botas o calcetines en ventanas y terrazas, es la noche de San Nicolás y al día siguiente es muy probable que junto a sus calcetines encuentren regalos.
Es realmente curioso como este santo originario de la actual Turquía y considerado benefactor de la infancia, que trae regalos a los niños del Este de Europa el 6 de diciembre, llegó a convertirse en ese “Papa Noel” que el 25 de diciembre trae regalos a medio mundo (y de nuevo a muchos niños rumanos).

El aniversario de la revolución
En la navidad de 1989 se colaba en nuestra cena navideña, a través de la TV, la cruenta revolución contra la dictadura comunista de Ceausescu. Revolución iniciada en Timisoara y cuya imagen más conocida es la protesta ante el propio Ceausescu el 21 de diciembre, en lo que tendría que haber sido una docil manifestación organizada para adular al dictador.

La revolución es un hecho que todavía levanta ampollas y que tiene tantos análisis y explicaciones como rumanos hay en el mundo, pues en casi todo los rumanos tienden siempre a buscar las "teorías conspirativas", y cuanto más rara sea la explicación mucho mejor. Lo que tenemos muy claro es que tras un diciembre terrible, con más de mil muertos y tres mil heridos, de lo que todavía dan cuenta los agujeros de bala del centro de muchas ciudades y la ejecución del dictador y su esposa, el mismo día de navidad, comenzaba un nuevo capítulo de la historia de Rumanía. Donde “el telón” no cayó tan pacíficamente.

Estos días son frecuentes los actos de recuerdo en los “cementerios de héroes”, donde fueron enterradas muchas de las víctimas de aquellos días.


Craciun fericit (Feliz Navidad)
El 25 de diciembre celebra la iglesia ortodoxa rumana y la mayoría de las confesiones religiosas cristianas presentes en Rumanía la Navidad (el nacimiento de Cristo). Festividad que como en todo el mundo, trasciende lo religioso y se mezcal con todo tipo de rituales antiguos y modernos, religiosos y nada religiosos.

Los niños celebran la llegada de “Mos Craciun”, nombre con el que se conoce a Papa Noel en Rumanía (aunque algunos etnógrafos señalan su origen en la mitología antigua rumana, más que en una mera copia de la tradición occidental), y que durante el régimen comunista era llamado “Mos Gerila” (cuya traducción sería algo así como “Papa Gélido”).

Son también días muy familiares en los que se come y el bebe en familia. El buen vino, el sarmale (rollitos de arroz y carne envueltos en hoja de col o de parra), el cozonac (bizcocho típico), los productos de la matanza del cerdo... no faltan en ninguna mesa. Los niños también aquí cantan villancicos (colinde), antiguamente pedían como aguinaldo caramelos y frutos secos, hoy, como en todos sitios, se han vuelto más pragmáticos y prefieren unos cuantos billetes.
Y por supuesto el mes termina con la celebración de la llegada de un nuevo año, que los rumanos prefieren celebrar cenando fuera de casa, y aunque sea bajo cero, no faltan las celebraciones y la iluminación en calles y plazas.

Un mes muy rumano y muy movido ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.